Tienen 15 años, juegan al tenis hace diez y juntas son dinamita: en los Bonaerenses ganaron la medalla de oro sin perder un solo set. Viven en Garín y sueñan con ser profesionales.

Por JAVIER RUBINSTEIN
Director de El Deportivo Magazine y El Deportivo Web

De chiquitas eran tan hiperactivas que las invitaron a retirarse de una clase de ballet porque “descontrolaban” a sus compañeras. Probaron un tiempo con el reggaetón, pero no les gustó. Hasta que yendo al jardín de infantes vieron una cancha de tenis y se entusiasmaron con la raqueta y la pelotita. Desde entonces, nunca más dejaron y es el deporte que practican hace diez años.

Azul y Yazmín Barrios (15) son gemelas, viven con su familia en el barrio Presidente Perón, en Garín, y van al colegio a Tortuguitas, donde descubrieron esta actividad. “A los 6 años empezamos a jugar torneos internos y los ganábamos siempre. A los 9 nos federaron”, le cuentan a DIA 32.

El salto a la categoría Sub 12 fue duro: no lograron ganar un solo partido. “Pasó que había mucha diferencia de velocidad y fuerza, hasta que le fuimos agarrando la mano en nuestro segundo año”, explican, sinceras, recordando su mala racha.

En Sub 14 empezaron a salir de gira, compitiendo en los torneos de la Confederación Sudamericana de Tenis (COSAT). Tuvieron actuaciones destacadas en singles y llegaron a varias semifinales. En Sub 16, Yazmín fue campeona sudamericana de dobles.

En octubre fueron protagonistas de los Juegos Bonaerenses, en Mar del Plata, con actuaciones descollantes y la obtención de una medalla dorada. “Fue la primera vez que participamos y nos gustó mucho la experiencia. Habíamos estado en torneos nacionales e internacionales y nunca vivimos esa atmósfera de familia entre compañeros. En otros torneos es todo más individualista”, sostienen, resaltando el valor del compañerismo.

En la fase de grupos superaron a Coronel Suárez (6-0, 6-0), La Plata (6-0, 6-4) y a General Arenales (6-0, 6-0). En semifinales vencieron a Marcos Paz (6-3, 6-1) y en la final se impusieron a Pergamino (6-4, 6-2). Cinco victorias, ningún set perdido y 60 games ganados contra 14. Una máquina de jugar al tenis.

“Me sentí más nerviosa en la semifinal, porque si perdíamos no había chance de llegar al oro, que era el objetivo. Y en la final metí todas las pelotas, me pasó algo que nunca había sentido, me salieron todas”, confiesa Azul.

Aunque entrenan y representan al club El Chasqui de Pacheco, para los Juegos fueron entrenadas por el profesor Ricardo Mercau en las canchas rápidas del polideportivo municipal de Matheu.

Distintas y complementarias

Las Barrios tienen estilos de juego bien diferentes, pero complementarios al fin. Yazmín se define como la más agresiva en el juego, busca definir rápido y apuesta a los puntos cortos, mientras que Azul juega de fondo, intentando desgastar a su adversaria y pegando con efecto cada vez que puede. “Hago que la rival se vuelva loca, que se saque y el partido se abra”, señala la más estratega del dúo.

Como todos los hermanos, ellas también han sabido tener diferencias, enojos y discusiones. Hace unos años habían decidido no jugar más juntas. Pero la separación no duró mucho. “Probamos jugar con otras chicas, pero yo buscaba una que jugase como Azul y ella alguna que jugara como yo. No encontramos y nos juntamos de nuevo. Ya no nos peleamos más”, cuentan, sonrientes.

Este año Yazmín empezó a jugar los Future que organiza la Asociación Femenina de Tenis (WTA), para iniciar el camino al profesionalismo. Y en 2019 se sumará Azul, con el mismo sueño. Así estarían un poco más cerca de llegar a ser como sus ídolas, Venus y Serena Williams. “Lejos las mejores, son las número 1”, aseguran, decididas a parecerse, aunque sea un poquito, a las hermanas norteamericanas.

 

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