La selección argentina de fútbol para ciegos viajó a Inglaterra para defender su bicampeonato y terminó séptima. Dos escobarenses integraron el equipo, que esta vez no iluminó.

Por JAVIER RUBINSTEIN
Director de El Deportivo Magazine y El Deportivo Web

Indudablemente que este año no fue el más fructífero para el fútbol argentino en mundiales. Tras la desazón provocada por los “Maradona Boys” en Sudáfrica y todos los trasfondos que esto aún provoca en el mundillo de AFA, la otra esperanza (mucho menos mediática, claro) estaba depositada en la selección de fútbol para ciegos. Pero no hubo revancha.

Los Murciélagos, como ellos mismos se apodaron hace ya un lustro, viajaron a la ciudad de Hereford, en Inglaterra, para defender su doble corona (Brasil 2002, superando a España; y Argentina 2006, derrotando a los brasileros en el CeNARD) y tratar de “pegar” el triplete de títulos. Sin embargo, debieron conformarse con salir séptimos entre diez.

Desde hace varias temporadas, dos escobarenses forman parte del plantel nacional: el volante Gustavo Maidana y el arquero Darío Lencina (éste último vidente, al igual que los porteros de todos los equipos). Ambos ganaron infinidad de títulos con la casaca albiceleste y viajaron por el mundo no sólo en competencias estrictamente de fútbol sino también en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 (medalla de plata) y Beijing 2008 (bronce).

La actuación de los muchachos dirigidos por Martín Demonte en tierras inglesas no fue la esperada. Tuvieron un negativo debut al caer sorpresivamente 1-0 ante Francia (campeón de Europa). Pero en la segunda fecha se repusieron goleando 3-0 a Grecia (entró por Camerún, que no viajó por problemas de visado), con una gran actuación de Silvio Velo, autor de todos los goles. A partir de ese encuentro Lencina ocupó el arco titular hasta el último partido, mientras que Maidana alternó como recambio.

A la fecha siguiente, ya con mejor ánimo, el compromiso fue con los complicadísimos chinos, verdaderas máquinas de correr y gambetear. La selección nacional volvió a caer, otra vez 1 a 0, y ahí se empezó a dificultar su clasificación a las semifinales. El pase a esa instancia era casi imposible y dependía de varios resultados, más allá del propio.

China debía vencer a Francia y perder con Grecia, lo que le posibilitaría a Argentina, si superaba a Brasil, terminar 2º en el grupo. Resultados: Francia y China empataron, los asiáticos golearon a los griegos y Los Murciélagos empataron sin goles con Brasil. Conclusión: no se dio una.

El equipo nacional quedó en el cuarto puesto del grupo B y resignó su aspiración de quedar entre los mejores del torneo. De su zona clasificaron Brasil y China, mientras que por la otra pasaron España e Inglaterra.

Los Murciélagos jugaron por el séptimo puesto ante Japón y ganaron 1 a 0, con gol del delantero Oscar Aciar. A la postre, el campeón fue el conjunto brasileño, que se impuso sin problemas a España en la gran final. De haber sido al revés hubiera sido la primera vez que el mismo país ganaba los dos mundiales (el de fútbol tradicional y el de ciegos). Pero no pudo ser para la “furia” española.

Más allá de este mal trago, no todo está perdido para Los Murciélagos, que el año próximo tendrán la chance de jugar los Panamericanos en México (el campeón clasificará a los Juegos Paralímpicos de 2012, en Londres 2012). Para entonces, seguramente, en el seleccionado habrá cierto recambio, de jugadores o de cuerpo técnico, para que el equipo pueda volver a brillar sin encandilarse en el intento.

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