A lo largo de las décadas, la Sociedad de Fomento creada en los años ‘50 pasó por distintas etapas. En la actualidad, un grupo de personas voluntariosas está haciendo crecer un espacio para desarrollar la cultura y el trabajo.

Por MARCOS B. FEDERMAN
mfederman@dia32.com.ar

Escobar Artes y Oficios es una organización cuya misión pasa por promover el arte, la cultura y el trabajo. En poco tiempo crecieron mucho. Hace menos de dos años tenían sus primeras reuniones, soñaban con mejorar su barrio y transformar la vida de su comunidad. Sus sueños de antaño son proyectos en marcha del presente. Han celebrado carnavales, peñas y otros encuentros, al tiempo que llevan adelante talleres de carpintería, electricidad, tallado, circo y más.

Brenda Vallier es una de las precursoras del grupo. Muralista de bajo perfil pero siempre dispuesta a dar lo suyo en eventos culturales, recuerda los inicios del espacio que hoy los cobija. “Mi abuelo quería un lugar abierto a todos, para lo social, lo cultural y lo deportivo”.  La determinación y empuje de esta treintañera no son casualidad. Su abuelo y su tío-abuelo, Pedro y Fernando, estuvieron entre los fundadores de lo que hoy se conoce como Club Villa Vallier.

Historia de libertad

Hay noches, encuentros o reuniones de tal intensidad que se recuerdan por mucho tiempo. Son famosas las tertulias en la casa de Vieytes, donde muchos próceres de la Patria se juntaban y terminaron de dar forma a la futura Revolución de Mayo. Aquellos hombres y mujeres lograron un espacio de libertad tan grande como nuestro país. En menor medida, toda creación de un espacio libre e independiente es un acto revolucionario, salvando, claro está, las distancias.

Escobar – 1953 – Almacén de Don Pedro Vallier: personajes emprendedores y entusiastas como Gaitán, Gnemmi, Blanco, los hermanos Vallier y otros debatían y germinaban la creación de lo que sería la Sociedad de Fomento Cultural y Deportiva Villa Vallier.

Poco tiempo después, las tierras fueron donadas por Pedro y Fernando. El perímetro se marcó con bolsas de arpillera. Nació así la primera canchita de fútbol, deporte que dio contenido y legitimidad al proyecto, manteniendo vivo el espacio, asegurando la concurrencia y el interés de los vecinos.

El grupo creció y el barrio apoyó. Las paredes fueron entonces “levantadas por muchas manos solidarias que colocaron ladrillo por ladrillo. La gente mayor recuerda los bailes y las famosas comidas preparadas por ‘el Ñato’ en ‘El Rancho de Don Pedro’, que eran pasadas a la Fomento por un hueco hecho en la pared lindera”, rememoran hoy en las reuniones de Escobar Artes y Oficios, que se celebran en ese mismo lugar.

De la bailanta a la esperanza

Aquellos sueños de integración sin fines de lucro se vieron enturbiados por intereses mezquinos durante un tiempo. Aparecieron las bailantas, corrió el alcohol y los sueños de los fundadores quedaron heridos, pero no de muerte.

Brenda Vallier, Lorena Brola, María Eugenia Conradi, “La Tota” y varios más tomaron conciencia y la transformaron en responsabilidad. Formaron así Escobar Artes y Oficios, una organización sana, creadora, voluntariosa, alegre y enérgica, que progresivamente revitalizó los valores de aquella tertulia del ‘53. Con otras personas, ideas similares se hicieron verbo.

La Sociedad de Fomento, Cultural y Deportiva Villa Vallier tomó aire y se rejuveneció con los sueños y la acción contagiosa que proyecta crear una biblioteca y un instituto educativo. Son grandes objetivos, pero no hay dudas. Como dice uno de sus lemas: “Juntos Podemos”.

Parte del todo

Escobar Artes y Oficios forma parte del Movimiento de Cultura Libre (MOCULI), un espacio de articulación entre bibliotecas y organizaciones culturales del partido de Escobar. En la actualidad, el  objetivo principal del MOCULI es introducir modificaciones a un proyecto de ordenanza que establecerá las condiciones de uso del espacio público.

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