Convertido con el tiempo en uno de los establecimientos educativos más reconocidos de la ciudad, el ICB cumple 45 años en la enseñanza del idioma inglés. “El balance es absolutamente positivo”, afirma su directora, Marisa Stertzer.

En el Instituto Cultural Belén tienen un lema: “Success is the sum of small efforts, repeated day in, day out”, que en castellano significa: “Pequeños esfuerzos, repetidos día tras día, es lo que lleva al triunfo”. Ese ha sido y sigue siendo el faro que guía el camino del establecimiento que desde hace ya 45 años dirige Marisa Stertzer, enfocando todos sus esfuerzos hacia el alumno. “Son es el objetivo primordial de nuestra tarea”, afirma ella.

La tradicional y reconocida academia de lengua inglesa empezó a tomar forma cuando Marisa y su entonces compañera de estudios Lidia Fernández comenzaron a cimentar lo que inicialmente se llamó Instituto Stratford, en homenaje al escritor británico William Shakespeare, nacido en esa ciudad.

A partir de ese emprendimiento, Marisa trasladó el grupo de alumnos que tenía en la capilla de Matheu a una propiedad ubicaba sobre la calle Hipólito Yrigoyen, a metros de la plaza principal de Belén de Escobar. “Era verano y dábamos clases a la sombra de una parra”, recuerda. A los pocos meses acondicionaron un galpón ubicado en la otra vereda y empezaron a ver cómo poco a poco la matrícula se iba incrementando. Un año después, la academia se mudó a un edificio que en esa época ocupaba el Registro Civil, al 700 de la calle Asborno.

Con el tiempo, su denominación debió sufrir dos modificaciones. Como el presidente Juan Domingo Perón prohibió los nombres foráneos, abandonó su identificación inicial por la de Instituto Cultural Británico. Durante la guerra de Malvinas, finalmente, se transformó en Instituto Cultural Belén. El cambio, no obstante, le permitió conservar su característica sigla ICB.

Por aquellos años, además de dedicarse a la enseñanza del inglés, la institución ofrecía otras actividades: taquigrafía, dactilografía, materias contables e informática. Actualmente, y desde 1995, tiene sus instalaciones en Asborno 527, con sus alumnos divididos en cursos preacadémicos (para chicos de 5 años en adelante) y académicos (adolescentes y adultos, que son mayoría).

La carrera académica tiene como culminación el examen internacional de la Universidad de Cambridge, cuya aprobación otorga el “First Certificate”. Paralelamente, también se ofrecen clases de capacitación a empresas de la zona.

“Estamos transitando esta cuarta década y media desarrollando la noble y hermosa tarea educativa. Nuestro balance de estos años es absolutamente positivo, por el reconocimiento y la confianza de la comunidad escobarense. Hemos atravesado buenos tiempos y algunos más difíciles, pero gracias a la calidad humana y profesionalismo de los que a lo largo del tiempo han colaborado y siguen colaborando en este proyecto educativo hemos podido continuar”, expresa Marisa, a modo de resumen de estos 45 años.

Pasión por la enseñar

“Yo amo la enseñanza”, afirma la docente, cuyas actividades al frente del ICB no le impidieron desarrollar una extensa carrera en diversos centros educativos, como los institutos Belgrano, Santa María, San Vicente, Floricultura, la Técnica Nº1 y la Media Nº2.

El origen de su vocación -recuerda- surgió en sus años de secundaria: “Marjorie Mattson y Blanca Peirano, que fueron excelentes profesoras, me marcaron mi pasión por el inglés. Es importante que un profesor no solo te transmita el conocimiento sino la pasión por lo que está haciendo”, explica.

A la hora de trazar un paralelismo entre la enseñanza de hoy y la de sus inicios, compara que antes “todo estaba muy basado en la gramática y no tanto en la comunicación. Los alumnos salían con my buen dominio de la escritura, pero tenían dificultades para hablar. Ahora, en cambio, la enseñanza de inglés es más integrada”.

Además del gusto que le reporta hacer lo que ama, Marisa tiene sobradas razones para sentirse orgullosa del instituto que dirige: “Hace varios años que vemos a ex alumnos trayendo a sus hijos y eso para nosotros es muy satisfactorio, porque si vuelven es porque tienen un buen recuerdo”.

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