Arraigado en Escobar desde hace un tiempo, es el ciclista más reconocido de la zona y lleva 26 años compitiendo por el mundo. Viene de ganar cuatro medallas de oro en los Panamericanos de Cuba.

Por JAVIER RUBINSTEIN
Director de El Deportivo Magazine y El Deportivo Web

Representando a la selección argentina en los Panamericanos de ciclismo que se disputaron en La Habana, Alejandro Zucarelli cosechó una buena gama de medallas: cuatro de oro y una de plata.

Zucarelli completó en tierra cubana una competencia excelente, con un alto rendimiento personal en la categoría Master (más de 35 años). “Entrenamos tres meses para esto a nivel profesional. No pensamos que iba a llegar a hacer tan buenas marcas, veinte días antes estaba lejos de los tiempos. Pero descansé bien las semanas previas y logré bajar las marcas”, explica a DIA 32.

“En la primera prueba gané en contrarreloj individual con 25 minutos y 26 segundos para los 20 kilómetros, superando a un brasilero que hace un mes había sido subcampeón del mundo en Austria. Eso me puso muy bien”, relata sobre su reciente experiencia en los Panamericanos.

“Al otro día llegó el scratch, que son cuarenta vueltas con un sprint final. Faltando doce vueltas me escapé sólo y gané por varias bicicletas. Ahí logré la segunda medalla de oro. Después corrí en persecución, mi especialidad, con 3.000 metros y enfrentando a otro corredor. Hice la mejor marca de todo el torneo: 3 minutos, 41 segundos. Pasé a la final ante el mismo brasilero, con la pista pesada y más viento hice 3’46’’ y gané otra vez”.

“En persecución por equipos (4.000 metros) le ganamos a Brasil y conseguí el cuarto oro. Ya el quinto día competí en vueltas puntuables (100 vueltas y cada 10 un sprint) y salí segundo, detrás de otro argentino”, repasa Alejandro en el parque de Aquática, el complejo deportivo que dirige con éxito junto a su mujer, Karina Repupili, desde hace cinco años.

En racha

Pocos días después de su consagratoria actuación en la isla cubana, Zucarelli compitió en el Campeonato Argentino en Reconquista, Santa Fe. Allí continuó su senda ganadora al terminar en lo más alto del podio en las dos pruebas de las que participó: Persecución B2 y Scratch B1. En el evento participaron 181 ciclistas de la categoría Master de todo el país.

Al cierre de esta edición, Zucarelli competía en el Mundial de Portugal. “Espero que el cuerpo llegue bien. Si respetamos el tiempo de Cuba, podemos estar cerca de una medalla”, se entusiasmaba antes de partir.

Feliz al pedalear

Escobarense por elección, “Zuca”, como lo llaman en el ambiente ciclístico, empezó a tomarle el gusto a pedalear para ganar a los 14 años, en San Miguel, donde vivió gran parte de su vida. “Competí hasta los 28 y dejé, volví a los 31 y hoy tengo 40 años. Igual, siempre seguí entrenando, me gusta andar en bicicleta, sea mountain bike o de carrera. Yo soy feliz haciendo este deporte”, sostiene.

Ante la pregunta de si se siente o no reconocido tras la cantidad de logros alcanzados en el ciclismo, no duda en afirmar: “En el ambiente me conocen y soy muy respetado, en Escobar me están conociendo y estoy muy agradecido a la gente que me sigue. Trato de no hacerme conocer mucho, porque el que es bueno e hizo algo en el deporte no tiene que andar diciéndolo por todas partes. Estoy más para ayudar y volcar a otros lo que aprendí en estos años”.

Currículum de campeón

Su primera medalla fue a los 17 años, en los Panamericanos de Ecuador, de bronce. Después obtuvo la de plata en el Sudamericano de Venezuela. Ganó la Vuelta de la Argentina en categoría sub-25, con 1.800 kilómetros desde Buenos Aires a La Rioja. Fue cuatro veces segundo en la Vuelta a San Juan; segundo en Valle de Río Negro, cuarto en la clásica Doble Bragado.

Además, corrió dos años a nivel profesional para un equipo español, en las principales carreras de Europa, como la Vuelta de Portugal, la Vuelta al País Vasco y el Circuito Montañés. En 1992 estuvo a punto de participar en los Juegos Olímpicos de Barcelona, pero una absurda demora administrativa en la inscripción le negó lo que hubiera sido su máximo sueño sobre dos ruedas.

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