Por CIRO D. YACUZZI
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Para cualquier acusado, que lo declaren absuelto debe significar un alivio y una alegría imposible de explicar con palabras. Sin embargo, a Luis Patti (60) nada de eso le produjo que el Tribunal Oral Federal N°4 lo haya eximido de culpa y cargo en una causa que se le seguía por el presunto encubrimiento de un ex militar represor. El ex comisario y otrora intendente de Escobar, encarcelado en noviembre de 2007, sabe que le queda un largo tiempo más a la sombra. No hay nada para festejar entre los barrotes del penal de Ezeiza.
Patti estaba siendo investigado por su supuesta colaboración para que el ex coronel retirado Jorge Granada eluda a la Justicia, que en 2009 logró sentarlo en el banquillo -fue detenido en Maschwitz- y tres años después lo condenó a prisión perpetua en Bahía Blanca por su actuación en la última dictadura. Pero las pruebas contra el ex líder político de Escobar fueron insuficientes -entre ellas, el audio de una conversación telefónica entre ambos- para los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Néstor Costabel, que el viernes 5 dieron a conocer su fallo.
Por su participación en los secuestros del militante de la JP Gastón Goncalvez y del ex diputado justicialista Diego Muñiz Barreto, luego asesinados, y la desaparición de los militantes Luis y Guillermo D’Amico,Patti se encuentra purgando desde abril de 2011 una condena a prisión perpetua. Excusado en las secuelas de un accidente cerebrovascular que sufrió antes de aquella sentencia, el ex policía nativo de Baigorrita solo asistió a la primera audiencia de este nuevo juicio, en camilla. El veredicto y los alegatos los escuchó desde su celda, a través de un sistema de video.
Aunque su absolución en la causa por encubrimiento -la fiscalía pedía cinco años de prisión- no le haya movido un pelo, quizás lo consuele saber que afuera hay gente que todavía se acuerda de él, que lo extraña de corazón y que lo defiende a muerte, digan lo que digan de él y así todo sea verdad. Ansiosos de verlo en libertad y de poder volver a votarlo, crearon en Facebook la página “Yo banco a Luis Abelardo Patti”.
Los integrantes de este grupo virtual abierto no son tantos: 136. Pero se hacen notar con comentarios que dan, como mínimo, un poco de pudor. Se acuerdan de saludarlo para fechas como las fiestas y su cumpleaños, suben fotos y videos, le envían mensajes de aliento y destilan un odio visceral contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Además, lo veneran como un patriota y llegan a calificarlo de prócer.
“Deseamos de corazón que Argentina te retribuya todo lo que le has brindado… ¡Dios te bendiga!”, le dice Manuela Lastra Carol. “Usted es mi héroe”, lo saluda Alejandro Boehden, quien desea verlo “libre y en condiciones de dar el ejemplo a esta mierda de gente que decepciona a la Patria”.
“Yo banco a Patti, pero hoy más que nunca banco a Jorge Rafael Videla, nuestro salvador, que si cometió un error fue haber dejado con vida a quienes hoy vemos sentados con cargos de ‘funcionarios’ en este gobierno de mierda”, plantea Susana Borda. Por su parte, Andrea Rossetti cuenta que lo conoce porque lo tuvo como jefe y asegura que “es rígido, pero un tierno al mismo tiempo. Un hombre para respetar y no temer, como dice la prostituta de la presidente”. Y así todos.
Pero el ciber fervor de los seguidores de Patti no se traduce en acción. Fracasaron en sus esporádicas convocatorias para visitarlo, hacerle el aguante desde la vereda del penal o llevar carteles con su foto a los últimos cacerolazos antiK.
El único que dio un paso al frente, aunque curiosamente no forma parte del grupo en Facebook, es su ahijado Eduardo Gianfrancesco, quien se postula como candidato a concejal encabezando la lista de un partido afín al ex presidente Carlos Memem llamado Lealtad y Dignidad. Indudablemente, si estuviera en libertad, Patti le daría su voto.