Con 22 años y mucho empuje, este emprendedor escobarense viajó 14 mil kilómetros para lanzar un proyecto de inversiones digitales. “Quiero enfocarme en generar el impacto por el cual sueño”, sostiene, fascinado por la experiencia en suelo árabe.

Si hay un lugar exótico para vivir, pero a su vez tentador y muy poderoso económicamente, es Dubai. Situada a 14.155 kilómetros de Buenos Aires, la fastuosa ciudad de Emiratos Árabes Unidos tiene casi 4 millones de habitantes -la mayoría proviene de países vecinos- y su lenguaje oficial es el árabe, seguido del inglés.

El emirato de Dubai está atravesado por el mar del Golfo Pérsico, haciéndolo aún más atractivo por sus hermosas playas. Tiene una tasa muy baja de desempleo y sus puntos fuertes a nivel productivo son la industria petrolera y de la construcción.

Ese destino eligió un joven de Belén de Escobar para desarrollarse profesionalmente y probar suerte de manera temporal. “Vengo de una familia sin grandes lujos. Mi papá y mi mamá siempre trabajaron para que nunca nos falte un plato en la mesa, a ellos les debo todo: humildad, valores y muchísimas cosas más”, cuenta Juan Ignacio Melidore (22) en el inicio de la charla con DIA 32, que lo contactó para interiorizarse de su incursión en Medio Oriente.

Juan es nieto del recordado fotógrafo escobarense “Pepe” Melidore e hijo de Pablo, hizo sus estudios en el Instituto General Belgrano y se define como un entusiasta de la vida. “Siempre fui creativo, astuto, persistente y visionario. Mi sueño principal era ser futbolista, pero sabía que si no lo lograba el destino tendría preparado algo más grande y nunca me quede quieto”, asegura, con la frescura y el empuje de recién haber pasado la barrera de las dos décadas.

En su adolescencia tuvo distintos trabajos -desde lavacopas hasta coordinador de viajes de egresados- y hace cuatro años su cabeza hizo un clic al conocer los negocios e inversiones digitales. “Comencé a invertir mi tiempo en educarme financieramente y juntarme con personas exitosas para poder llevar de la mejor forma el ingreso de dinero que estaba teniendo. Llegué a cumplir este rotundo cambio de vida y aspiro a seguir viajando por el mundo trabajando desde mi computadora y mi celular”, declara, sobre su presente.

DESIERTO. El joven escobarense combinó trabajo y salidas durante su experiencia en Medio Oriente.

La cuna del NFT

Cuenta que en Dubai creó un proyecto de NFT (token no fungible), un activo digital con utilidades necesarias y buscadas, mayoritariamente, por la población latina. “Eso es lo que hizo posible que esté acá, son cosas que no te brindan en los colegios hoy en día. Queremos romper estos paradigmas, que todos cumplan la libertad financiera con la que sueñan”, explica.

Un NFT es un certificado digital de autenticidad que, mediante la tecnología blockchain -la misma que se usa para las criptomonedas-, se asocia a un único archivo digital que no puede ser reemplazado y que no es sustituible. Es algo único, puede ser arte digital, documentación, contratos, etcétera. Lo que él hace es crear arte digital de carpinchos, con utilidades como Educación 4.0.

“Dubai es la cuna de NFT y el mejor lugar geográfico para comenzar a lanzar este proyecto. El poder adquisitivo que manejan las personas acá es increíble y hasta en un punto parece irreal. Logré asociaciones con gente muy importante, lo que genera que mi proyecto tenga muchísimo respaldo. Sabía que cualquier cosa que hiciera tenía que estar a la altura”, relata, feliz por su buen momento.

Esta actividad le dio acceso a eventos internacionales, donde participan artistas del ambiente, influencers crypto y empresarios. Cada persona que haya comprado un NFT puede interactuar con otras y ser aconsejada, contratada o asociada. “Una persona compra su NFT con utilidades a 350 dólares, el mismo puede subir su valor en días o meses a, por ejemplo, 1.000 dólares y así estaría ganando plata”, afirma, convencido de su propuesta.

 

 
 
 
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Generar impacto

Después de haber pasado todo el verano argentino en Dubai junto a su socio, Sebastián Domfroncht, Juan tiene previsto regresar al país en muy poco tiempo y volver allá en diciembre para radicarse definitivamente. Tiene en mente abrir su propia empresa de marketing digital y proyectos NTF, sacar la visa de residencia y hasta comprarse una casa en un futuro.

“En Dubai hay una mentalidad mucho más emprendedora, casi no hay impuestos. Hay seguridad, dormís y vivís con la puerta sin llave. Son muy pocos los que viven acá, la mayoría viene de forma esporádica, por negocios. Hay muchísimo lujo, las profesiones que más destacan son real estate (negocios inmobiliarios) y crypto”, confiesa, mientras cuenta que allá la gente se viste de manera muy extravagante, que los precios son 20 veces más caros que en Argentina y que hay gran diversidad de culturas y religiones.

“Cuando vaya para Argentina voy a lanzar mi proyecto, con la meta de expandir mi equipo de trabajo y nuestra comunidad. Quiero enfocarme en generar el impacto por el cual sueño. Y mi próximo destino es Miami, donde tengo asociaciones que me están esperando para poder expandirme internacionalmente”, adelanta este joven emprendedor, que apuesta a las nuevas tecnologías en el universo de los token y las cryptomonedas.

RELAX. Juan Ignacio Melidore pasó su estadía en Dubai junto a su socio, Sebastián Domfroncht.

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