La Universidad de Buenos Aires inauguró en Escobar su primera escuela secundaria fuera de la Capital Federal. Su camada inicial es de 129 estudiantes, pero en un futuro la matrícula llegará a 720. Podrán especializarse en Diseño Gráfico o Ciencias Naturales.

Cuatro presidentes, dos Premios Nobel y decenas de figuras destacadas del arte, el periodismo y la política pasaron alguna vez por el prestigioso Colegio Nacional Buenos Aires del barrio porteño de Montserrat. Podría decirse que una parte de la elite cultural de la historia argentina pisó alguna vez sus aulas y cursó allí la escuela secundaria, de manera libre y gratuita.

Ese mismo modelo busca replicar la Universidad de Buenos Aires (UBA) con el flamante colegio preuniversitario Dr. Ramón Cereijo, inaugurado el lunes 9 en Belén de Escobar con la presencia del gobernador Axel Kicillof; el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa; y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; entre otros invitados. Es el primer instituto educativo dependiente de la tradicional casa de estudios que echa raíces al otro lado de la avenida General Paz.

Este sueño compartido entre el Municipio y la UBA inició su camino en agosto de 2018 y se materializó prácticamente en tiempo récord. Por aquella época, el intendente Ariel Sujarchuk firmó el convenio con la entonces gobernadora María Eugenia Vidal y el rector Alberto Barbieri. El colegio hoy ya es una realidad.

“La UBA es una universidad nacional, pero la sentimos profundamente bonaerense, y por eso estamos orgullosos de inaugurar este colegio. Hemos iniciado este camino que vamos a profundizar, porque la educación pública es una prioridad para este gobierno provincial y debe estar al alcance de todos y todas”, manifestó Kicillof durante el acto de apertura, al que asistieron más de 1.500 personas y contó con una performance del popular grupo de percusión El Choque Urbano, antes y después de la ceremonia.

Por su parte, Barbieri expresó: “Cada vez que inauguramos un colegio estamos haciendo patria en el sentido más profundo de lo que esto significa. Los argentinos tenemos que trabajar en políticas de Estado que trasciendan los gobiernos de turno, y este es un ejemplo claro de una política que perdurará en el tiempo”.

Luego de cumplir con el curso de ingreso, que se llevó a cabo los sábados en las instalaciones del colegio Del Faro, 129 chicos y chicas de 12 años conforman la primera camada del flamante preuniversitario.

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El 80% de los ingresantes obtuvo su vacante por orden de mérito, mientras que el 20% restante lo hizo mediante un sorteo entre todos los que superaron los 360 puntos a lo largo de los tres exámenes anuales de Matemática y Lengua. Un filtro exigente, si se tiene en cuenta que hubo 522 aspirantes.

El Cereijo cuenta con dos turnos -mañana y tarde- y en los últimos tres años de cursada ofrecerá dos modalidades de bachillerato: uno en Diseño Gráfico Digital y otro en Ciencias Naturales y Ambientales. A su vez, es el primer colegio que estableció a la Educación Sexual Integral (ESI) como una materia obligatoria para cada año.

Como ocurre en los otros colegios pertenecientes a la UBA, los alumnos no deben abonar una cuota. Únicamente existe un bono contribución anual de $7.500, cuyo pago no es un requisito obligatorio.

Su rector es Leandro Rodríguez, que hasta hace poco ocupaba el mismo cargo en el Colegio Carlos Pellegrini, también dependiente de la UBA. La institución cuenta con un Consejo Directivo compuesto por varios referentes del ámbito académico, entre los que se destacan Gustavo Zórzoli, ex titular del Nacional Buenos Aires, y el periodista y docente Carlos Campolongo.

Ellos son los que diseñan la currícula escolar y se encargan de elegir al personal docente, mientras que la Provincia paga los sueldos. Por su parte, el Municipio consiguió el terreno, desarrolló la obra del edificio y abonará los salarios de los empleados no docentes.

El nuevo establecimiento está ubicado en la intersección de las calles Cervantes y Felipe Boero. Se trata de una construcción vanguardista y sostenible, con paneles solares y un diseño moderno. El proyecto estaría terminado por completo a mediados de este año -por la pandemia de coronavirus, los plazos seguramente se retrasarán- y contempla 21 aulas, laboratorios de física, química y biología; aulas talleres para música y plástica, una huerta, un microestadio, un comedor y una biblioteca parlante.

El costo estimado del proyecto es de $200 millones y es financiado con fondos municipales y contribuciones del sector privado.

A la espera de que termine la cuarentena por el Covid-19, la primera camada de estudiantes iniciaría en abril su camino en esta nueva institución educativa. Quién sabe… Capaz estemos en presencia de algún futuro presidente o personalidad destacada de la Argentina del futuro, quienes comenzaron a forjar su carrera caminando por las calles de Escobar.

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