Ubicada en la esquina de Tapia de Cruz y Colón, fue un ícono de los noventa y una parada obligada de los adolescentes de entonces. Cerró en 2011, pero su recuerdo sigue intacto.
Comercios
Nació en una quinta en 1945, tuvo varias verdulerías y hoy, a los 80 años, sigue tan activo como siempre. Junto a su hijo, es proveedor de Temaikèn, Munchi’s y restaurantes locales.
Fresh to go ofrece una amplia y exquisita variedad de comida vegetariana por peso. Los secretos de las recetas, la dinámica de la cocina, el toque asiático y el detrás de escena del negocio.
Con más de 30 años de presencia sobre la avenida Villanueva, es una opción infalible para almorzar, cenar o comer al paso. Un comercio con aire campestre, que conserva su aspecto y su esencia.
Con casi cuatro décadas de trayectoria, es uno de los peluqueros escobarenses más experimentados y con mayor clientela. “Con la gente hay que tener paciencia y empatía”, afirma.
La heladería Conti es un ícono de la localidad. Su estandarte es la fabricación de un producto natural y artesanal con materia prima de primera calidad.
El vecino y comerciante escobarense repasa el legado familiar que comenzó en 1957 y finalizó con el reciente cierre de la emblemática heladería de la terminal.
La tienda de antigüedades de Roberto Trillo es como un túnel del tiempo. Tiene muchísimos objetos extravagantes: desde un catalejo pirata hasta muebles coloniales.
La histórica estación de servicio de los hermanos Mándola es un clásico que se reinventa. Rediseño integral, gastronomía, nuevas prestaciones y un atractivo centro comercial.
Desde su apertura, a fines de 1974, el emblemático comercio está en la esquina de San Martín y General Paz. Un matrimonio de inmigrantes portugueses que apostó por Escobar sin olvidar sus raíces.
Su local de la avenida Villanueva es un mundo inabarcable de productos. Pero lo que más se destaca es la calidez con la que atiende. “Hay que ser agradecido con el cliente”, afirma.
Con la apertura de varios locales, esta moda mundial también empieza a asentarse en la ciudad. Perfumes intensos y sabores exquisitos para disfrutar en invierno.
Miembro de una tradicional familia escobarense, lleva 54 años en el comercio que inició su abuelo y siguió su padre. “Me gusta conversar con la gente que viene”, afirma.
Desde hace 30 años les da de comer a los escobarenses y los hace sentir como en casa. Anfitriona atenta y pícara, querida y frontal, no se guarda nada. “La cocina siempre fue lo mío”, afirma.
En la década del 90 fue un lugar de culto para muchos escobarenses. Cerró en 2001, pero dejó su huella. “Hoy no hay bares, se perdieron”, lamenta Antonio Mo.
Tres centros comerciales, personalísimos y con propuestas originales, le dieron a esa zona de la localidad una característica única. Un boom que comenzó hace quince años y superó lo imaginable.
Está en la calle Colón y abrió a mediados de 2022. Ofrece diversos cortes de carnes, pastas, pizzas y minutas para disfrutar en el salón, el patio o la vereda. “Queremos que la gente se sienta como en su casa”, comenta su dueño, Guillermo Ens.
Hace más de treinta años decidió emprender en un rubro casi inexplorado en la ciudad. Así nació NyM, que hoy es una referencia en servicios informáticos. “Mi orgullo es que empezamos con mi señora y hoy están mi hijo y mis nietos”, confiesa.
Es el peluquero escobarense más antiguo, con cincuenta años de trayectoria en un oficio que eligió de chico. “Soy feliz trabajando de lo que me gusta”, afirma, con gratitud y optimismo.
Después de 86 años en la avenida Tapia de Cruz, la primera tienda deportiva de Escobar cierra sus puertas. “Me duele, pienso en mi viejo, pero no tenía sentido seguir”, sostiene su dueño, Oscar Domenech, con nostalgia.
