foto aerea nocturna de la calle Mendoza en Maschwitz
Tres centros comerciales, personalísimos y con propuestas originales, le dieron a esa zona de la localidad una característica única. Un boom que comenzó hace quince años y superó lo imaginable.

Hace apenas dos décadas era una calle tranquila, casi remota. Con arboledas añosas, quintas, terrenos baldíos, el silencio como protagonista y algún que otro auto que pasaba de vez en cuando.

Hoy convertida en un boom comercial, con miles de personas recorriéndola cada fin de semana, cuesta recordar lo que era aquella serena calle Mendoza. Su paulatina pero constante transformación, indudablemente, revolucionó a Ingeniero Maschwitz.

Desde la Colectora Este hasta El Dorado, la explosión de esas cuatro cuadras fue tan poderosa que convirtió a la calle Mendoza en un polo gastronómico al que llega gente de todas partes, atraída por un mundo de colores, sabores y aromas que invitan a explorar cada uno de sus rincones.

El Paseo Mendoza, el Mercado de Maschwitz y el Quo Container Center son los tres centros comerciales que le dan identidad. También hay otro, más pequeño, llamado Patio Los Jazmines. Cada uno con su encanto especial, sus características arquitectónicas, su vegetación y locales cuidados hasta en el más mínimo detalle.

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La predominante oferta gastronómica contempla experiencias de todo tipo, para consumir al paso o disfrutar sin apuro de una atmósfera mágica. Desde cafés con panadería para desayunar o sentarse a cualquier hora del día hasta parrillas, pizzerías, sushi, comida brasileña, hamburgueserías, pastas y opciones vegetarianas y veganas, entre muchas otras posibilidades. También las cervecerías tienen una marcada presencia.

Pero las opciones son muchísimas, casi innumerables, ya que son más de cien los locales desparramados sobre la Mendoza y las calles transversales. Indumentaria y decoración son otros rubros fuertes, pero también hay espacios de música, arte, espiritualidad y teatro. En fin, de todo.

Varios sábados al año la calle se convierte en peatonal, con escenarios donde tocan bandas, artistas itinerantes, food trucks y mucha gente de todas las edades que va y viene, dispuesta a pasarla bien y divertirse, bajo las pintorescas guirnaldas de luces que cubren todo el trayecto. Recientemente se realizó la Peatonal de la Cerveza, con una convocatoria masiva.

Además, en la plaza ubicada en la esquina de Entre Ríos los fines de semana funcionan el Mercado Circular y la Feria de Artesanos. Por todo eso y mucho más, la calle Mendoza es uno de los lugares turísticos más relevantes del partido de Escobar y un faro comercial, gastronómico y arquitectónico de la zona norte.

peatonal de la flor en al calle Mendoza
Peatonal. Varias veces al año la calle Mendoza es escenario de distintos y concurridos eventos.

El inicio de todo

La fisonomía de aquella calle perdida comenzó a transformarse a comienzos de este siglo, cuando la esquina de Mendoza y Los Andes se convirtió en algo más que un jardín con una casa vieja.

El Paseo Mendoza fue el primero en tomar forma. Su alma mater fue la artista plástica Inés Repetto, quien mientras buscaba mudar a Maschwitz el atelier que tenía en San Isidro, pensó en alquilar una pequeña casita. Una historia azarosa, que ella contó en una entrevista con DIA 32 en 2014.

“Di mil vueltas hasta que encontré este lote, con una cabañita y muchos árboles. El cartel decía ‘vendo’, entonces golpeé y le pregunté al hombre si no me lo alquilaba. Me dijo que no, pero como yo le había contado que mi marido (Nicolás Salado Castro) es arquitecto, me dijo que a la calle Mendoza la estaban haciendo comercial, que por qué no comprábamos y pensábamos en hacer algo”.

“Nosotros no teníamos ni para morfar, fue un año muy difícil desde lo económico, pero Nicolás hizo un dibujo divino con el proyecto que pensamos, invitamos a comer a unos amigos y les propusimos hacerlo en conjunto. Todos dijeron que sí. Así se hizo el Paseo Mendoza, un trabajo muy comunitario. Necesitábamos dinero, pero no vino un inversionista y la puso toda. Fue entre todos”.

Construido en madera, vidrio y chapas, desde el vamos el foco estuvo puesto fundamentalmente en las propuestas artísticas con talleres y clases de distintas disciplinas, luego se incorporaron las opciones gourmet.

Hacia 2007 el Paseo Mendoza estaba funcionando a pleno. Con el correr de los años se fue agrandando, hacia arriba y hacia adentro, con nuevos locales ubicados en lo que antes eran jardines.

Al estilo genovés

Si algo irrumpió y marcó para siempre el crecimiento de la calle Mendoza fue el Mercado de Maschwitz, construido bajo el concepto de conventillo, con la arquitectura típica de los pueblos genoveses. Estos inmigrantes italianos fueron los primeros en instalarse en La Boca y armar sus edificaciones con materiales de desarmaderos y pintura de colores que sobraba de los barcos.

Se inauguró en abril de 2011. Pero no solo su arquitectura atrajo a miles de personas sino también su propuesta tan poco convencional, donde conviven verdulerías y carnicerías con coquetos restaurantes, peluquerías, anticuarios e indumentaria de diseño. Un ir y venir de personas de diferentes rubros que se entremezclan entre sí.

Si bien la estructura del edificio es moderna, todas las chapas de los revestimientos, aberturas y rejas son materiales viejos, ya que era imposible darle autenticidad si no se hacía con objetos de verdad usados y vividos.

Sus creadores pasaron dos años haciendo compras en la provincia de Buenos Aires y en el interior, donde consiguieron todos los materiales. Algunos de ellos son tesoros que no tienen desperdicio, como los mostradores que encontraron en lo que era un antiguo almacén de ramos generales y que hoy son parte de algunos de los comercios.

La peculiar arquitectura del Mercado de Maschwitz definió un estilo de construcción en toda la zona, ya que en la localidad hay barrios enteros donde se levantaron casas emulando la estética de sus locales.

La idea nació a partir de la necesidad de que hubiera un lugar donde la gente pudiera hacer las compras, comer o tomar un café y al mismo tiempo encontrarse con una muestra de arte, una banda tocando o algún espectáculo para chicos.

Caminar sus callecitas empedradas pispeando todo lo que las rodea es encantador.

Containers: otra originalidad

A fines de 2014, mientras la mayoría de las antiguas casas de familia ya se habían convertido en restaurantes y bares, llegó el Quo Container Center. Un original shopping de diseño construido con 60 contenedores marítimos en desuso traídos desde el puerto de Buenos Aires.

Tiene tres pisos, donde se distribuyen 26 oficinas y locales de marcas de indumentaria femenina y masculina para adultos y chicos. Además, hay otros rubros, como peluquería, bienes raíces, arquitectura y tiendas de diseño para el hogar.

La oferta gastronómica también es súper amplia, pero si por algo se destaca es por tener a la ecología y el reciclado como punto de partida.

Los locales se abastecen de electricidad por paneles solares y energía de bajo consumo. También tienen techos verdes y un singular patio de esculturas que sorprende a los visitantes con su belleza.

Más allá de la Mendoza

Las opciones de este circuito comercial van un poco más allá. Apenas cruzando la vía, sobre la avenida Independencia, la oferta continúa con la Granja Don Benito y su parque aéreo Aventura o el parque Papa Francisco, sobre El Dorado, que aportan un plus al recorrido.

Incluso más: sobre la misma calle, hasta la avenida Villanueva, también hay varios comercios, en su mayoría de gastronomía, con propuestas igual de interesantes.

Sin lugar a dudas que esta fenomenal movida significó un gran avance para ese sector de la localidad. En lo económico, por el caudal de público que moviliza y la generación de puestos de trabajo. En infraestructura, por la pavimentación, la iluminación y la puesta en valor de las calles y lugares circundantes.

Una transformación que quince años atrás nadie hubiera imaginado, se convirtió en un boom y le cambió la vida a Maschwitz.

evento peatonal sobre la calle Mendoza
Buenos momentos. Las distintas propuestas de la calle Mendoza invitan a distenderse y disfrutar.

ASIGNATURAS PENDIENTES

Falta de planificación y soluciones parciales

El crecimiento comercial de la calle Mendoza se dio sin una planificación estratégica. Si bien de a poco se fueron solucionando temas que al principio eran muy problemáticos, como la falta de agua corriente y las cloacas, que se instalaron recién en 2020, todavía hay cuestiones estructurales pendientes.

Una de ellas es la circulación vehicular y peatonal. El caudal de público de los fines de semana suele hacer muy difícil encontrar lugar para estacionar. Las calles aledañas, doble mano y de tierra, con autos parados al borde de las zanjas, simulan un tetris donde cada automovilista va haciendo malabares para avanzar.

La playa municipal de estacionamiento que se habilitó en Mendoza y El Dorado solucionó de manera parcial un problema que sigue siendo recurrente.

La falta de veredas también es una asignatura pendiente, ya que las personas caminan por la calle complicando aún más el caos de tránsito.

Los vecinos de la zona se quejan del movimiento, el bullicio y el ruido que les ha cambiado esa sensación de vivir en medio del campo. Algo que indudablemente ya no tiene marcha atrás: la Mendoza no volverá a ser como antes.

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