Edición 43

Si Minguito estuviera vivo habría recibido a Sri Sri Ravi Shankar contra la barra de un bar saludándolo con su muletilla clásica: “¡¿Qué hacé’, tritrí?!” (copyright TVR). Y no hubiese mentido diciendo que era su tocayo, ya que Ravi en hindú significa Domingo. La visita del gurú indio al país no pasó para nada desapercibida: dejando de lado los prejuicios de la mirada “exotista” sobre Oriente, sorprendió la nutrida concurrencia a sus meditaciones y los elevados montos pagados por quienes lo siguen. Shankar se alojó en el Sheraton Hotel, viajó en un vuelo privado y congregó a su grey...