Tiene 26 años, hizo las inferiores en Sportivo Escobar y después en Lanús. Integró el plantel de Huracán campeón de la B y desde 2009 la rompe en el este asiático. Quieren nacionalizarlo para que sea el 10 de su Selección.

Por JAVIER RUBINSTEIN
Director de El Deportivo Magazine y El Deportivo Web

El fútbol es uno de esos deportes que pueden llevar a alguien a jugar a los rincones más recónditos del mundo, más allá de las barreras del idioma o las costumbres totalmente diferentes. Todo se vence cuando delante está la pasión por la pelota. Y más si esta disciplina es un medio de vida que le permite a quien la practica un muy buen pasar económico.

Esteban Gabriel Vizcarra (26) nació el 11 de abril de 1986 en Belén de Escobar. De chico tenía el sueño de miles de pibes: ser futbolista profesional. Hizo las inferiores en Sportivo y a los 16 años empezó a subir escalones fuera del distrito. “Un manager me vio jugar en una filial de Lanús, que estuvo unos meses en Escobar y después se fue a Pacheco, y me dijo que le gustaría prepararme para llevarme a un club de AFA. Me entrené y salió una prueba en la sexta división de Lanús, fui y quedé”, recuerda el diestro volante ofensivo al hablar de sus inicios en una entrevista a distancia con DIA 32.

Vizcarra jugó todo el campeonato con la número 10, se puso mejor físicamente y siguió en el Granate hasta la cuarta división. En 2006 pasó a Huracán, donde el DT de la primera era “Chiche” Sosa, quien vio sus condiciones y lo llevó a la pretemporada con los mayores. Así, el escobarense pasaría a integrar el plantel que salió campeón y logró el último ascenso del Globo a la A. “Arranqué de titular y jugué varios partidos”. Entre sus compañeros estaban Cristian Díaz, ex Independiente, y Cristian Cellay, ahora en Boca.

Tras un frustrado pase al Zurich de Suiza, donde no llegó a un acuerdo monetario, Vizcarra volvió a Escobar, a la espera de otra oportunidad. Douglas Haig de Pergamino fue su nuevo destino en 2008, “para no perder el ritmo”. Pocos meses después el fútbol le depararía la mayor sorpresa de su vida: gente del continente asiático, más precisamente de Indonesia, se interesó en él tras ver un video suyo en Youtube. “Me pagaban hasta los pasajes, así que bueno. Uno siempre aspira a estar mejor, entonces me subí al avión y me fui, aunque al principio fue difícil por el tema del idioma”, confiesa.

Ahí fue su gran despegue como jugador. En ese lejano país -el cuarto más poblado del mundo- lo valoraron y rápidamente se fue destacando. Su primer club fue el Pelita Jaya, donde formó parte del equipo todo el año 2009 y marcó cinco goles. A la temporada siguiente fichó para un club más importante, el Semen Padang, con el cual salió campeón dos años seguidos, en 2011 y 2012. ”Ahora clasificamos para jugar la Copa Asia y hasta salí mejor jugador de la liga. Me insisten para que juegue en su Selección, que ahora tiene como DT a un argentino, Luis Blanco. Yo espero que se abran más puertas, pero estoy muy bien, el fútbol acá está creciendo mucho, hay varios argentinos y brasileros”, sostiene.

Vizcarra está súper cómodo en Asia, ya se habituó a sus costumbres y no sólo se afianzó futbolísticamente sino que formó su familia en Indonesia. “Este país es muy lindo y está muy bien a nivel económico, yo tengo contrato hasta este año. Además me casé con una chica de acá, que se llama Fergi, ya fuimos a Argentina dos veces y a ella le gustó mucho. Ahora está embarazada de 9 meses, así que si Dios quiere en estos días voy a ser papá”.

Como Franco Zuculini o Raúl Bobadilla, otros jugadores escobarenses a los que el fútbol en el exterior les dio todo, Vizcarra escribe su historia en el este asiático. Más retirado de este lado del mundo pero con las mismas ilusiones. Otro agradecido a la pelota que supo trazar su propio destino.

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