El ex subcomisario recibió su tercera condena a perpetua. Ahora, por el secuestro y asesinato de un periodista escobarense, en enero de 1976. Pero sigue gozando de la prisión domiciliaria en el country Septiembre.

A esta altura, Luis Abelardo Patti (65) ya se debe saber de memoria la frase: “Condenado a la pena de prisión perpetua e inhabilitación absoluta y perpetua”. Porque no es la primera ni la segunda sino la tercera vez que la escucha. En este último caso, a mediados de octubre, por el secuestro y asesinato del periodista local Ricardo Gabriel Giménez, perpetrado en enero de 1976.

Los tres integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°3 de San Martín -Germán Castelli (presidente), Elbio Soler y Enrique Signori- coincidieron en considerar al ex subcomisario y dos veces intendente de Escobar (1995 a 2003) como “partícipe necesario” de aquel asesinato, ocurrido durante los últimos meses del gobierno de María Estela Martínez de Perón y en la antesala de la dictadura cívico-militar.

En la noche del 7 de enero de 1976, un comando armado con fusiles FAL irrumpió en la vivienda ubicada en Congreve y Junín, en la localidad de Loma Verde, para llevarse a Giménez. “Negro, te venimos a buscar”, le dijo un hombre ante la presencia de sus abuelos y una de sus tías. Ese hombre, que lo conocía del pueblo, era Patti.

En ese momento Giménez trabajaba en el periódico El Actual, del también desaparecido Tilo Wenner, que era perseguido y hostigado por denunciar lo que sucedía tanto a nivel local como nacional: una feroz represión clandestina e ilegal que sectores de las fuerzas armadas y de seguridad habían desatado para preparar el asalto al orden constitucional del 24 de marzo de 1976.

Unos días antes de que fuera secuestrado, en diciembre de 1975, el mismo grupo comando había intentado llevárselo en un allanamiento ilegal en la casa de sus tíos, pero no estaba en el lugar. Para la Justicia, está probado que Patti participó en los dos operativos.

“No creo que haya sido Patti el que lo mató, pero sé que fue uno de los punteros, porque era el jetón que realmente sabía, conocía, el que los apuntaba”, declaró el hermano de Giménez, Juan Pablo Vergara, en una entrevista con Página 12.

El cadáver de Giménez había sido encontrado el 30 de enero de 1976 en un basural de Moreno, con el rostro “desfigurado, maniatado, apuñalado y mutilado”. Y fue enterrado en el cementerio municipal de ese distrito como “NN masculino”. Recién el 21 de febrero de 2008 se identificaron sus restos.

“No tuve nada que ver”

El juicio por el caso Giménez se inició el año pasado y se desarrolló hasta hace algunos días, siendo el primero sobre delitos de lesa humanidad en el que Patti era el único acusado.

En la audiencia inaugural, sus declaraciones vía videoconferencia desde la unidad penitenciaria de Ezeiza resultaron sorprendentes: “Yo nunca tuve nada que ver con la subversión y la comisaría 1ra de Escobar tampoco. Eso lo manejaba el Ejército”, había expresado el nacido en Baigorrita.

Despojado de su celebrada fama de tipo rudo, Patti adoptó la estrategia de victimizarse ante el tribunal y manifestó que su función era “controlar bailes para detectar ebrios”.

“Nunca fui a detener a Giménez ni a hacer ese procedimiento. Si lo hubiese hecho, lo reconocería”, agregó. En otro pasaje, caracterizó a El Actual como “un diario contestatario, que criticaba al Intendente”.

“En la lucha contra la subversión he estado y estoy en desacuerdo con la forma en que se llevó a cabo. Soy profundamente democrático”, sostuvo quien fuera uno de los empleados ejemplares del coronel Ramón Camps, responsable de la desaparición de cientos de personas durante el Proceso.

Esta tercera condena a perpetua -sus fundamentos se leerán en diciembre- se suma a las de los casos de Osvaldo Cambiaso, Eduardo Pereyra Rossi, José Gonçalves y Diego Muñiz Barreto. Sin embargo, en poco o nada afecta la situación de Patti, quien pasa sus días junto a su esposa y su hija descansando en la unidad funcional 84 del country Septiembre bajo el régimen de prisión domiciliaria. Mucho más cómodo que entre los fríos barrotes de Devoto y Ezeiza, aunque tal vez en ningún lugar pueda evitar que la sombra de sus víctimas lo atormente.

SECUESTROS, TORTURAS Y ASESINATOS

Las víctimas de Patti

Ricardo Gabriel Giménez

Nació en Entre Ríos y se radicó en Escobar en la adolescencia. Cursó la secundaria en el Instituto Belgrano. Hasta sus últimos días trabajó como periodista en el periódico El Actual, del también desaparecido Tilo Wenner. La Justicia determinó que Patti lo secuestró, lo torturó y fue “partícipe necesario” de su asesinato, en enero de 1976. Tenía 29 años.

Gastón Gonçalves

El 24 de marzo de 1976, día en que inició la última dictadura, salió de su casa en Zárate para ir a hacer trabajos de alfabetización y asistencia social y no volvió más. Lo sepultaron como NN en el cementerio de Escobar, donde fue descubierto en 1996. En abril de 2011 Patti fue condenado como “coautor” del secuestro y “partícipe primario” del homicidio. Tenía 25 años.

Diego Muñiz Barreto

Tras estar ligado a la alta sociedad y el poder, abrazó el peronismo al punto de llegar a ser diputado nacional por el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI). Fue capturado el 16 de febrero de 1977 en una carnicería de Escobar y asesinado en Entre Ríos el 6 de marzo. Patti fue condenado por ser “coautor” del secuestro y “partícipe primario” del homicidio. Tenía 43 años.

Luis Rodolfo D’Amico

Militante de la Juventud Peronista, casado y a la espera de un hijo (su esposa estaba embarazada de dos meses), fue secuestrado por un grupo de tareas comandado por Patti el 10 de agosto de 1976 en su casa de la calle Sulling al 2000, en Garín. Aún se encuentra desaparecido. El ex policía fue condenado como “coautor” del secuestro. Tenía 26 años.

Guillermo D’Amico

Hermano menor de Luis Rodolfo, también formaba parte de la Juventud Peronista de la zona y trabajaba en una zapatería. Al igual que a su hermano, se lo llevaron de su casa en Garín el 10 de agosto de 1976 y nunca más volvió a aparecer. Patti fue condenado como “coautor” del secuestro. Tenía 17 años.

Osvaldo Cambiaso

Santafesino e hijo de militantes peronistas, este ingeniero químico desarrolló su militancia en la agrupación Intransigencia y Movilización, financiada por Montoneros y liderada por Vicente Saadi. Fue asesinado en un fusilamiento disfrazado de tiroteo el 14 de agosto de 1983, en Rosario. La Justicia determinó que Patti fue “coautor” del secuestro y el homicidio. Tenía 42 años.

Eduardo Pereyra Rossi

Oriundo de La Plata, “Carlón” era militante de la agrupación Intransigencia y Movilización, fue integrante de la FAR y estuvo en la conducción nacional de Montoneros. Falleció en el mismo fusilamiento que Cambiaso, del cual Patti fue hallado “coautor” y condenado a prisión perpetua. Tenía 33 años.

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