Cartel de Escobar en la Costanera del Paraná de las Palmas
No hace falta irse lejos para desconectarse y pasar buenos momentos. Clásicos, novedades, entretenimiento, rincones inexplorados y otras propuestas, a la vuelta de casa.

Cambiar de aire en este verano parece haberse convertido en un bien de alta gama. Con los precios por las nubes, muchas familias tuvieron que abreviar o directamente suspender sus planes de vacaciones. Pero después del esfuerzo de todo el año, despejar la mente, desconectarse y descansar de la rutina sigue siendo una necesidad impostergable.

Tomarse un buen té de hierbas relajante e intentar ponerle buena cara a tiempos difíciles siempre es posible, solo es cuestión de proponérselo, aunque a veces cueste un poco más.

Al levantarse, una sonrisa frente al espejo y a encarar el día con la mejor actitud fuera del ámbito laboral. Por uno mismo, por los niños a los cuales hay que fabricarles buenas memorias de su infancia, por la salud mental…

A los picnics improvisados, manta con tela linda y ramo de flores silvestres. Música bajita, de fondo, tranquila, para no molestar a los demás. Noticias, en lo posible, cero.

Escobar tiene un montón de opciones de entretenimiento, gastronomía, aventura, paseos -urbanos o entre la naturaleza- y rincones casi inexplorados. Por lo tanto, no salir de viaje en el verano no es sinónimo de pasarla mal.

Afortunados los escobarenses al contar con tantas opciones con solo atravesar el umbral de casa. Acá van algunas ideas.

Clásicos que no fallan

Temaikèn: El bioparque de la ruta 25 garantiza un día de diversión -o más, si se quiere recorrerlo por tramos- disfrutando su sensacional acuario, el lago de los flamencos, el aviario con sus coloridos loros e infinidad de atracciones vinculadas a los animales y la naturaleza.

La entrada preferencial para escobarenses está $1.750 de miércoles a sábados (el ticket pleno -sin descuentos- para el público general cuesta casi $19.000). Además, menores de hasta 10 años y jubilados entran gratis.

El Lugar de las Avesen Temaiken

Munchi’s: La heladería de la ruta 25 (al lado de Temaikèn) es un paseo en sí mismo, con bellísimos jardines para recorrer y sombra bajo los árboles para disfrutar en días cálidos.

Además de ofrecer deliciosos helados, producidos exclusivamente con leche de vacas de raza Jersey, su carta incluye opciones dulces y saladas de todo tipo y cafetería.

La heladeria Munchis, rodeada de verde y un parque espectacular

BarbaRoja: El complejo de la cervecería artesanal -casi enfrente a Temaikèn- es otra propuesta muy tentadora. No solo por la amplia variedad de sabores que ofrece de su bebida sino también por los exquisitos platos que se sirven en su restaurante: El Bucanero Bistró tiene mesas al aire libre sobre un deck de madera que da a un parque tallado.

El lugar también cuenta con una renovada tienda de souvenirs y un sector de juegos para chicos. Está abierto de viernes a domingo desde el mediodía hasta medianoche.

Jardín Japonés: El tradicional parque, de 2.500 metros cuadrados, es ideal para contemplar la naturaleza. Su lago con peces de colores, cascadas, farolas de piedra y el emblemático puente, invita a descansar, meditar, leer o conversar bajo la sombra de sus bellos árboles. Un oasis en plena ciudad.

Está abierto de martes a domingo, de 10 a 18. La entrada general cuesta $500; menores de 6 años, jubilados, pensionados y personas con discapacidad ingresan sin cargo.

Jardin Japones

Costanera del Paraná: Desde que se repavimentó la ruta 25, llegar a la costanera es un verdadero placer, transitando entre sauces, álamos y lirios. Es uno de los mejores planes para quienes quieran escapar del cemento y disfrutar del aire libre.

El paseo por la rambla -maravilloso al atardecer- es ideal para los amantes de la contemplación y de la pesca. O para llevar unas reposeras, unos sándwiches y simplemente pasar el rato. También hay opciones gastronómicas, el Mercado del Paraná y excursiones por el Delta en catamarán, una experiencia imperdible.

Río Luján: Ir a pescar, caminar o hacer un asado son algunas de las formas en que se puede disfrutar el río Luján, tanto en la zona del puente de la ruta 25 como a la altura del kilómetro 60 de la Panamericana, en el límite entre los partidos de Escobar y Campana.

Aunque carente de infraestructura y agreste, siempre es una propuesta a tener en cuenta para estar en contacto con el agua y la vida silvestre.

Puente de la ruta 25 sobre el Rio Lujan

Lago de Jumbo: Desde hace tiempo, muchos escobarenses adoptaron este espacio -ubicado en un rincón del predio donde está el hipermercado- para matear, leer un libro, hacer un picnic o jugar un partido de pelota paleta, entre otras actividades.

Un ambiente familiar y distendido, de acceso libre y gratuito, ideal para los atardeceres de verano.

Lago Jumbo DESDE EL AIRE

Playa de Puertos: Cada vez más explorada por los escobarenses que buscan lugares diferentes, ofrece la posibilidad de darse un refrescante chapuzón en el lago, relajarse, tomar sol en la arena y degustar las propuestas gastronómica de sus chiringuitos y restaurantes.

El acceso a este espacio es público y se llega a través de la avenida De los Lagos, por el ingreso principal al megaemprendimiento urbanístico, o por su entrada de la ruta 25.

Cultura y entretenimiento

Cine Italia: Un patrimonio histórico y cultural, que desde su recuperación y puesta en valor, en 2019, ofrece la posibilidad de disfrutar estrenos simultáneos con imagen y sonido de alta definición, a precios populares.

La cartelera semanal puede consultarse en sus redes sociales y en su sitio web.

Museo del Tren: Un lugar ideal para amantes del ferrocarril y para que los chicos conozcan. Se fascinarán con la increíble maqueta de 9 metros de largo por casi 4 de ancho, construida por los socios de manera artesanal. Además, hay un montón de objetos originales y piezas que cuentan la historia del tren en Argentina.

Está en el parque de la estación de Belén de Escobar y abre los sábados de 15 a 19. A unos metros, sobre la avenida Tapia de Cruz, la locomotora 907 del Ferrocarril Central Argentino completa este paseo temático.

Parque Papa Francisco: Su laguna, el anfiteatro, el paseo de esculturas, el flamante skatepark y el sector de juegos infantiles son algunos de los atractivos del gran parque público de Maschwitz. Ideal para pasar la tarde, ya que casi siempre, en fines de semana, hay alguna banda tocando o shows a la gorra.

En la vereda de enfrente, sobre la calle El Dorado, hay bares y restaurants para comer o tomar algo, con opciones vegetarianas y veganas.

PARQUE PAPA FRANCISCO DESDE EL AIRE

Granja Don Benito: Interactivo, educativo y dinámico, un espacio donde los chicos se divertirán al entrar en contacto con los animales -hay cerca de 300-, alimentarlos y aprender más sobre ellos. Las visitas son guiadas.

Ubicada en la intersección de las calles Mendoza e Independencia, en Ingeniero Maschwitz, la granja es un emprendimiento municipal y abre de miércoles a domingo, en el horario de 9 a 17.

Niños dandole de comer a cabritos en la Granja Don Benito

Parque aéreo Aventura:  Puentes colgantes, tirolesas y palestras de escalada garantizan diversión y una buena dosis de adrenalina a quienes visiten este parque municipal, ubicado en el mismo predio de la Granja Don Benito.

Ideal para ir en familia, ya que tiene circuitos aptos para distintas edades, en un entorno natural y arbolado inmejorable para pasar un excelente momento al aire libre.

Niños cruzando puentes de sogas en el Parque Aereo de Ingeniero Maschwitz

Gastronomía y algo más

Calle Mendoza: El polo gastronómico cuenta con varios complejos, como el Mercado de Maschwitz, que se destaca por su estilo vintage con bares y restaurantes de lo más pintorescos; el Paseo Mendoza, con sus locales de madera en medio de una exuberante vegetación; y el Quo Container Center, el primer complejo del país construido íntegramente con contenedores marítimos.

A lo largo del recorrido, de unos 500 metros, también hay food trucks, tiendas, música en vivo y especialidades para todos los paladares: parrillas, sushi, comida italiana, opciones vegetarianas y veganas, panaderías y mucho más.

El Mercado de MAschwitz en calle Mendoza

Torrepueblo: El fascinante castillo de estilo medieval que se erige a la vera de la autopista Panamericana, en el límite entre Garín y Benavídez, tiene en su paseo comercial una interesante variedad de restaurantes.

Recorrerlo es también una experiencia única, que invita a valorar el esmero arquitectónico con el que fue diseñado y realizado, recreando el encanto y la tranquilidad de los pueblos de la Toscana italiana.

El impresionante shopping Torre Pueblo  en Maschwitz

El Patio: Sobre la avenida Tapia de Cruz, a la altura de las vías, un paseo comercial con reminiscencias de la calle Mendoza, muralismo y una llamativa ornamentación, que sorprende gratamente desde su apertura.

Hamburgueserías, cerveza artesanal, sushi y una cadena internacional de pizzerías son algunas de sus tentadoras propuestas gastronómicas. Además, en el patio cervecero se presentan regularmente shows musicales en vivo.

Aventura, caminatas y naturaleza

Reserva Puertos: Dentro del megaemprendimiento urbanístico hay una reserva de 60 hectáreas que bordea el Río Luján.

Un corredor biológico con una extensión de 4 kilómetros, donde es posible pasear en bicicleta, realizar caminatas y fotografiar la naturaleza.

Reserva de Maschwitz: Un espacio natural e histórico de 23 hectáreas rico en biodiversidad, con bosques, humedales y pastizales. El recorrido dura cerca de dos horas y se pueden encontrar más de 60 especies vegetales autóctonas, 40 exóticas y 80 tipos de aves nativas.

A la vera del Arroyo Escobar, bajo el puente de La Arenera, hay un sector con mesas y sillas para matear y hacer picnic. Está abierta todos los días, en el horario de 8 a 18.

La reserva en Maschwitz un reservorio de especies autoctonas

Las Vizcacheras: Una escapada imperdible para quienes disfrutan de descubrir lugares inexplorados. El sitio arqueológico donde confluyen el Río Luján y el Arroyo El Tajamar está en el fondo del barrio El Cazador -a campo traviesa-, cerca del AeroClub Escobar.

Quinientos años atrás fue el lugar donde se asentaron las primeras comunidades aborígenes que habitaron este suelo; hoy es un sitio de inmenso valor histórico y ambiental, donde se puede pescar y los más aventureros también se animan a pernoctar.

Las Vizcacheras a la vera del lujan, acceso por Ruta 9

El Cazador: Con sus quintas enormes, arboledas centenarias y barrancas, perderse en sus calles es transportarse muy lejos del caos. El barrio tiene varios íconos: el restaurado castillo de la calle Harris, el ombú de la calle Victorica, la hostería y la histórica chimenea que perteneció a la primera fábrica de Escobar (una destilería de maíz que operó entre 1870 y 1890).

Además, las plataformas de alquileres temporales ofrecen alojamientos con pileta y parrilla para quedarse a pasar un par de días en familia o con amigos.

Calle Cané: Entre diversas especies de árboles, campo y mucho verde, se abre paso esta angosta calle, asfaltada pero poco transitada, de algo más de dos kilómetros de extensión, que hace tiempo se convirtió en el corredor aeróbico más concurrido de Belén de Escobar.

Lindera a los predios de Munchi’s y Jumbo, alejándose de la ruta 25 pueden contemplarse amplios paisajes rurales y encantadores atardeceres.

La calle Cané es ideal para hacer running por las mañanas o tardes

Calle El Mirador: La combinación del paisaje y la arquitectura lo convierten en un lugar mágico. El efecto paraguas de los árboles y las plantas genera un juego de luces y sombras, mientras que las farolas, colgadas de ménsulas de hierro y sujetas a columnas de quebracho, le dan un estilo con reminiscencia medieval.

Está en Loma Verde, a dos kilómetros de la Panamericana, y se accede por la calle Boote. Caminar todo su trayecto es como entrar a un cuento de hadas.

Parque Belén: Especialmente por la mañana, bajo el fresco aire de sus añosas casuarinas, la calle Pellegrini es un bello circuito para recorrer a pie o en bicicleta.

La belleza arquitectónica, su emblemático reloj cucú y la escultura de la Madre Teresa le dan un sello característico a este pasaje, a escasas cuadras del centro de la ciudad.

Parque Belen con sus clasicos arboles y el caracteristico cucú

Circuito del agua: Aunque generalmente muy descuidados, el partido de Escobar tiene varios arroyos, espejos de agua que en algunos trayectos pueden ser contemplados muy a gusto.

El Arroyo Tatán, en Loma Verde, y el Arroyo Garín, en Maschwitz, tienen sectores ideales para avistar aves, apreciar la vegetación y lanzarse a caminatas en busca de algún descubrimiento.

arroyo loma verde

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