En una noche cargada de emoción, María Victoria Muscatello fue coronada 50º Reina Nacional de la Flor. “Siempre había deseado esto. Cuando me nombraron no lo podía creer”, expresó la joven, de 23 años y oriunda de Saladillo.

Después de elegidas las princesas y las misses, un solo pensamiento pasó por la cabeza de María Victoria Muscatello (23): “Ahora es a todo o nada”. O se convertía en reina, o se volvía para su casa. Por eso, cuando escuchó su nombre estalló en un llanto de nerviosismo, emoción y, sobre todo, felicidad.

“Siempre había deseado estar en ese lugar, pero también era realista y sabía que muchas chicas tenían condiciones para llegar. Así que cuando me nombraron no lo podía creer. Es como un sueño cumplido para mí, lloré mucho”, le cuenta a DIA 32 la flamante representante de los floricultores.

María Victoria baila folklore desde los 5 años, practica patín artístico, va al gimnasio y hace pilates. Está recibida de mecánica dental, profesión que ejerció durante 2012 y que luego abandonó para trabajar con su mamá en un local de lencería en su ciudad natal, Saladillo.

El dato sobre su localidad de origen no es menor, ya que Saladillo le ha aportado varias representantes a la fiesta de los floricultores. En este caso, la candidata llegó portando la corona de Reina del Carnaval, que si bien no le aseguraba el triunfo le sumaba algunos puntos a favor.

“Mi objetivo era quedar al menos entre las finalistas para poder representar a mi ciudad. En la preselección éramos muchas, así que haber quedado entre las 16 ya fue un logro muy importante. Y ni hablar cuando me eligieron como reina. Sobre todo porque es una ocasión muy importante, en especial por este aniversario y porque voy a quedar en la historia como la reina de los 50 años”, afirma la joven, que hasta hace un mes no conocía Escobar.

A diferencia de los otros años, en que la reina era elegida el día después del desfile de carrozas, en el anfiteatro del predio floral, esta vez la ceremonia se realizó en la misma noche, en un sector de la Ciudad Floral al que todo el mundo podía ingresar libremente, y contó con la presencia de decenas de reinas de años anteriores y de otras tantas de distintas fiestas populares del país.

La sucesora de la escobarense Yésica Larricart, que estrenó corona, bastón y capa especialmente diseñados para las bodas de oro de la exposición, afirma que la etapa de preparación no fue fácil. A todas las aspirantes les dieron carpetas con información sobre flores, la historia del lugar y una reseña de la Fiesta de la Flor. Después debieron pasar por evaluaciones escritas y orales, donde también les preguntaron sobre cultura general, y desfilar frente al jurado para demostrar su belleza y elegancia.

“Es bastante lo que esperan de la Reina de la Flor, así que por eso es muy difícil llegar y lo deseás mucho. Uno puede dar lo mejor de sí, pero quizás no alcanza, o no es lo que el jurado espera, entonces ya no está en tus manos. Pero por suerte a mí se me dio todo y logré llegar”.

La bonita saladillense asegura que lo que más le interesa es “poder cumplir bien con el compromiso de representar a la floricultura y a los floricultores, que trabajan todo el año para darnos las mejores flores. Esto es una muestra y un reconocimiento al trabajo que ellos hacen y es una responsabilidad muy grande para mí salir a representarlos y que la gente sepa que son economías familiares y no grandes empresas, y que la ciudad de Escobar está muy comprometida con esta actividad”, finaliza, entusiasmada, la reina de oro.

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