Es una de las pediatras más reconocidas de Garín y del distrito. Se recibió de grande, a los 42 años y con cuatro hijos a cuestas. Afirma que “el ‘me salvaste la vida’ no existe” y asegura que no podría tener pacientes adultos “porque mienten”.
Las 32 de 32
Federico Ferlaino nació en la península y llegó de chico al país. Se hizo conocido y querido en Escobar por su trabajo de zapatero, que heredó de la familia. “Si uno quiere su oficio, las cosas te van bien”, sostiene.
De chico trabajó en la primera sodería del pueblo y a los 24 años se convirtió en el único veterinario de Maschwitz en muchos kilómetros a la redonda. Admite que el crecimiento demográfico no le gusta, pero rescata que “el pueblo mantiene su esencia”.
Fue botellero, albañil, operario, vendedor ambulante y hasta concejal, aunque su huella más grande la dejó en su paso por la delegación municipal de Garín. “Cometí muchos errores, pero nunca dejé de atender a un vecino”, afirma. Un jubilado que quiere seguir trabajando.
Su verdadero nombre es Mario García, pero todos lo conocen por su alias artístico, que adoptó como marca registrada. Apasionado por el ceremonial y el protocolo, afirma que “la masividad y el anonimato contribuyen al mal comportamiento”.
Fue futbolista, ambulanciero y funcionario público, aunque dedicó la mayor parte de su vida al comercio. “Soy un agradecido a Dios, conmigo fue tremendamente generoso”, afirma. Se reconoce como un Don Juan y dice que su mayor defecto es “ser bocón”.
Comerciante de raza, amante del deporte y benefactor de causas nobles. Trabajó desde pequeño, conoció la pobreza y a los 68 años es dueño de un emblemático negocio de la ciudad. “Las cosas van cambiando y la vida te da cosas”, afirma.
Hombre de temperamento y convicciones, apasionado por la política y comerciante, lleva más de una década al frente de la Cooperadora del Hospital Erill. Sin pelos en la lengua, afirma que Escobar “está descuidado y tremendamente sucio”.
Tras 33 años de servicio activo, hace 20 que integra la reserva del cuartel de Belén. Sus inicios en la institución, su comercio de matafuegos, su paso por la política, la Fiesta de la Flor y una dura sentencia sobre la situación de Escobar.
Exitoso comerciante, amante del ajedrez y de los buenos vinos, afirma que todo tiempo pasado fue mejor y que la clave para triunfar es ser amable y honesto. Sobre Escobar, opina: “Está creciendo, pero un poco abandonado”.
Descendiente de una familia que se radicó en la zona a fines del siglo XIX e hijo del único intendente radical del distrito, Daniel Larghi habla del negocio inmobiliario, el auge de las torres y su mirada de Escobar con DIA 32.
Personaje pintoresco de Escobar, fue marinero, capitán y durante trece años tuvo un parador a orillas del Paraná. Dueño de mil anécdotas, habla de su look de vaquero, del whisky, la noche y sus mujeres. “Llegué a tener un harem”, confiesa.
Con casi cuatro décadas en tribunales, sostiene que la gente tiene muchas fantasías sobre los abogados, aunque admite que son una raza especial. Además, el origen de su apodo “Patota”, su gestión al frente del Club Independiente y su mirada del Escobar actual.
Condujo programas en casi todas las FM locales, participó del primer noticiero televisivo de Escobar y desde 2008 es el locutor oficial del Municipio. Se define como “una persona formal” y critica el manejo de los medios.
Dueño de la industria con más historia de la ciudad, que en noviembre sopló 120 velitas, el experimentado comerciante repasa los inicios de la panadería que crearon sus abuelos y cuenta los secretos de la afamada galleta marinera.
Pese a sus 35 años de carrera profesional, el conocido pediatra escobarense aún conserva como en el primer día su amor por la vocación que eligió de joven. “Recibirse es fácil, el tema es tener concepto, conducta y que te guste lo que hacés”, asegura. Además, sus gustos, su visión sobre Escobar y su recuerdo de los días en prisión.
Bordeando los 70 años, la ex docente, directora y consejera escolar habla sin pelos en la lengua de lo que piensa de su ciudad, de los políticos locales y de su pasado en la función pública con Luis Patti. Además, recuerdos, familia y gustos.
Lleva 15 años en el aire con su programa "Fogoneando" y en 2012 recibió un premio nacional. Amante de nuestro folklore, el buen fútbol y muy familiero, afirma: “Veo un acto de injusticia y me pongo como loco”.
Durante un tiempo, por su apellido, debió soportar confusiones con el sacerdote acusado de pedofilia. Pero él lo toma con humor. Además, dice que no se imaginaría formando una familia y que no se arrepiente del camino que eligió.
Activo cultor del séptimo arte, el mentor y presidente del festival nacional de cortometrajes “Escobar de Película” se declara enamorado del terruño, aunque lamenta la bohemia perdida. “Hoy no la encuentro, y la extraño”, afirma.
“Pocho” Caña cumplió 25 años con su puesto de diarios y revistas en Mitre y Tapia de Cruz. Hábitos, secretos y opiniones de un escobarense con parecidos conocidos.