Desde 1971 que una joven de Belén de Escobar no se coronaba Reina Nacional de la Flor. Hasta que ella, en su cuarta postulación, logró quebrar la racha.

Lo soñó durante años, por eso comenzó a postularse ni bien le dio la edad, cuando en 2009 cumplió 16. “En los primeros dos intentos no quedé seleccionada entre las finalistas, pero en 2011 sí, aunque no me eligieron para nada en especial. Por suerte esta vez se dio”, le dijo a DIA 32 la flamante 49º Reina Nacional de la Flor, Yésica Larricart (19).

El hecho de que sea nacida en Belén de Escobar no es un dato menor: hace 41 años que una joven de la ciudad no era coronada. La última había sido Silvia Morandi, en 1971. De esta manera se cortó lo que para las belenenses -valga el gentilicio- parecía un maleficio.

Otro aspecto estadístico sobresaliente es que 11 de las 16 finalistas -sobre más de 50 inscriptas- eran jóvenes del partido de Escobar. Todo un record.

La coronación se realizó el domingo 7. Tras una mañana de intensas lluvias, por la tarde el agua dio un respiro para permitir la realización de este tradicional evento, que cada año se lleva a cabo en el anfiteatro del predio floral.

Pasadas las 17 llegó el emocionante momento en el que primero se develó el nombre de Miss Simpatía: Catalina Velocci, de Belén de Escobar, y luego el de Miss Elegancia: Luciana Rosa, de Lobos. Después se conoció a las nuevas princesas: Guadalupe Serres, de Saladillo, y Wanda Riviere, de Ingeniero Maschwitz. Sólo quedaba saber quién sería la sucesora de Carla Iriarte. Y cuando el locutor mencionó a Yésica, el público estalló en aplausos mientras ella lloraba de alegría.

La vida de la reina

Yésica es la mayor de tres hermanos varones y bromea diciendo que “ya era la reina en casa”. Tanto ellos como sus padres, tíos, primos y amigos fueron a alentarla el día de la elección: “Los tuve a todos de hinchada y creo que eso también ayudó”, afirma.

De hecho, fue su familia quien la instó a que se presentara una vez más: “Yo me echaba para atrás por el tema de la facultad y de los parciales, pero todos me decían ‘es el momento, tenés que ir, ¿sino cuándo lo vas a hacer?’ Me incentivaron mucho, estaban muy entusiasmados, así que me animé de nuevo y acá estoy”.

Fue alumna del Instituto General Belgrano y actualmente estudia licenciatura en Nutrición en la Universidad de Buenos Aires. No trabaja porque “le estoy poniendo todas las pilas al estudio, aunque hice algún que otro desfile como modelo”. Su relación con la Fiesta de la Flor comenzó desde que era muy pequeña, porque vive a dos cuadras del predio. Por eso, la visita y participa de la exposición desde que tiene uso de razón.

¿Qué sensación tenés en estos primeros instantes con la corona, la capa y el cetro?

Estoy muy feliz, es un orgullo para mí y para mi ciudad. Sé que tengo por delante un compromiso y una responsabilidad muy importante, pero estoy dispuesta a asumirla durante todo el año. Prometo que voy a trabajar duro para difundir esta fiesta lo mejor posible y para transmitir lo maravilloso que es esto.

¿Cómo imaginás el año que tenés por delante?

Muy atareado, yendo a las distintas fiestas de todo el país, no sólo para disfrutar sino para difundir lo que es la Fiesta de la Flor. Voy a transmitir que durante todo un año se trabaja para que el público venga y disfrute de esto, que apenas finaliza una etapa se está comenzando con otra, con el trabajo de los floricultores y los paisajistas y miles de personas que están detrás de escena dando lo mejor de sí por la Fiesta.

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